Chubut. Estepa patagónica, bosques petrificados y al fin, mar azul, el más azul. Para los amantes de los pueblitos pesqueros y con buen paladar, uno de los imperdibles del verano: Camarones. Ubicado a 240 kms. de comodoro Rivadavia y a 250 kms. de Trelew, este pintoresco sitio, se convierte, durante febrero de cada año, en la sede de la Fiesta Nacional del salmón que incluye concurso de pesca y elección de la reina.

Y allí en el corazón de Camarones, en el camping municipal, los anfitriones perfectos: Carlos, el Pulga y Sonia, su mujer, quienes cocinan para el recién llegado con todo el amor y generosidad de los apasionados del mar.

Degustar la deliciosa picada de mar con una cerveza helada, mirando las aguas azules con su fauna a pleno, es coronar una vacación perfecta: el festín de las vieiras, pulpos, langostinos y espuma de salmón. No olvidar las empanadas de atún, los langostinos al plato y el exquisito salmón blanco, rey indiscutido de la región del sol.

Y ahora sí, felices, a visitar el museo dedicado a los años que los Perón pasaron en Camarones, cuando Juan Domingo Perón era un niño o rumbear hacia las caletas vecinas, plenas de pingüinos, guanacos y ñandúes. Simplemente, pura dicha.

Que el comer es un placer que genera muchas sensaciones además de la saciedad del hambre no es novedad. Lelé de troya es un lugar que pone en juego una combinación de colores y sabores, bien sabiendo el valor y  efectos que a veces puede causar la sinestesia.

Enorme caserón antiguo ubicado en el barrio de Palermo, tiene varios salones de diversos colores en su planta baja y primer piso. Se puede elegir dependiendo del humor, la compañía y las ganas. Uno de ellos (el amarillo) tiene la cocina integrada donde podremos ver a los chef preparando manjares en una gran mesada, cual si fuera la cocina de una abuela.

Variados y exquisitos platos donde se combinan muy ricos sabores. Sugerencia de postre: el famoso volcán de chocolate, que se hará esperar ya que es preparado en el momento, pero valdrá la pena cada minuto de la espera. Otra de las exquisiteces para quienes gustan de la bebida es el daikiri de frutos rojos. Buena música que acompaña y precios accesibles.

Lelé de Troya | Costa Rica 4901 | Palermo | CABA | Argentina
Tel: 4832-27268

Un domingo de una tranquilidad extrema. El plato se impuso para un mediodía a solas. Nada mejor que un almuerzo de esos que a uno le dan muchas ganas. Y una pescadería solidaria que provea o, en su defecto, congelados de supermarket que no son lo mismo pero igual valen. Receta sencilla, muy rica, suave. Un buen preludio para el amor.

Para optimizar el tiempo, empezamos por la pasta: orecchiette seco, 250 gramos para 2. Ponerlos a hervir en abundante agua con sal. Saltar tres o cuatro cebollitas de verdeo, cortadas en rodajas finas. Incluírle un poco de su verde tallo que le queda bonito al plato. Salpimentar. Cuando la cebolinha está transparente o tirando a, agregale a la sartén unos 120 gramos de crema, un chorro de leche para diluir un poco la gordura de la crema y un puñadito de parmesano (Hojaldre con el sabor: si está muy fuerte, omitilo así no te arruina los langostos). Si borbotea (bludurup bludurup) retiralo del fuego. Cuando los orecchiette (pasta dura de ablandar si las hay) están a tu gusto, dale un toque de calor a la salsa y agregale unos 200 gramos de langostinos cocidos y pelados (proporción que dejamos al total libre albedrío de cada quién). Voilá!