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Mi arte se basa en una única pregunta: ¿por qué no soy como los demás?
Edvard Munch

Miradas


Un recorrido por el Museo Reina Sofía
Plastica

Reconocida su colección por incluir al mítico cuadro El Guernica, de Pablo Picasso, el Museo Reina Sofía tiene mucho más para ofrecer al público ávido de una buena excursión por la historia del arte contemporáneo. Y es que, justamente, el Centro de Arte que en 1988 tomó el estatus de Museo, ha puesto el foco en esa franja dinámica de Lo Contemporáneo. Colección que tiene la virtud, además del valor artístico de las obras que la componen, de hacernos pensar en el concepto de lo contemporáneo, en las distintas contemporaneidades pasadas que componen la del presente. Todo ello a través de cuadros, fotos y esculturas, colección permanente y muestras temporarias, que ofrecen un completo, variado e ineludible menú para el disfrute estético. Un anticipo de la extensa y jugosa charla que tuvimos en Madrid con Jesús Carillo, Jefe de Programas Públicos del Museo, la cual incluiremos en una próxima entrega.

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La Tierra vista desde el espacio | Fotografías de los observatorios espaciales de la NASA

Desde la perra Laika a la actualidad, cámaras fotográficas, satélites y espectómetros que registran y envían material desde el espacio han servido para dar con claves para conocer el origen del mundo. Más allá de la aplicación científica, muchos registros que los astronautas, telescopios y satélites hacen de la Tierra producen un hipnótico efecto plástico y emulan, al arte abstracto. En la NASA tuvieron el tino de compartir estas imágenes, una nueva cada día, que nos permiten acercarnos a nuestro planeta desde una óptica distinta y novedosa para la gran mayoría de los mortales.

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Mini Artistas: La plástica según los niños

El proyecto Mini Artistas, nucleado alrededor de la transmisión plástica de las artistas Delfina Bourse y Bárbara Kaplan sigue creciendo. ESTO NO ES UNA REVISTA les presenta una serie de trabajos que los pequeños artistas presentaron el 22 de octubre pasado en Proyecto PICNIC*, Niceto Vega 5067, CABA.


Delfina Bourse
Licenciada en artes visuales y Profesora Nacional de Pintura. Profesora de Arte en el colegio Palermo Chico. Realizó talleres durante las vacaciones de invierno en el Centro Cultural Konex, en el Jardín Jingle Bells en Palermo y en el colegio St. Gregory´s.


Bárbara Kaplan Profesora Nacional de Escultura. Fue miembro del equipo de Educación, Malba – Fundación Costantini, diseñando, desarrollando y llevando a cabo talleres de arte contemporáneo para niños.

Ambas son artistas y exponen sus obras habitualmente. ESTO NO ES UNA REVISTA tuvo el agrado de contar con sus trabajos en los números 03: San Cono y 07: El Revólver, respectivamente

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La famila argentina | Cristina Banegas

por Verónica Miramontes

Una familia estallada y vuelta a armar casi como si hubiesen intentado pegar a la fuerza partes de una cerámica rota que ya no encastra, un incesto de por medio, un hijo que se tiene con un padre que no es, un viaje escapista para huir de todo y una enfermedad que marca en el cuerpo lo que se evita, paralizando. La familia argentina es la única obra que escribió Alberto Ure, gran director y maestro, un hombre que marcó el teatro argentino por su modo de involucrarse con él, por hacer siempre una otra lectura. Cristina Banegas dirige, precisa, elocuente. Actúan Carla Crespo y Claudia Cantero con muy buenos trabajos actorales y Luis Machín que conmueve, comprometido hasta la lengua, tanto desde la palabra como desde del gesto, moviéndose con gran elasticidad, sosteniendo, apropiándose del texto, haciéndolo carne; un admirable trabajo. Un anillo, hablando de compromisos, en el mejor de los casos simboliza una decisión, dar un sí, afirmar una elección. Unos cuantos anillos de estos hay circulando en el teatro argentino afirmando terreno poético, apostando, eligiendo y esta obra muy gratamente tiene varios de ellos.

Centro Cultural de la Cooperación | Corrientes 1543 | Centro | C.A.B.A. | Argentina
Tel: 5077-8077
Viernes y Sábados a las 22:30hs. y Domingos a las 20:00hs.

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Una estampida de sensibilidad

por Martín Jali

1 – Manuel Puig adoraba el cine de la época de oro de Hollywood (1935-1946) caracterizado por la primacía de los majors, las películas de género, y aquellas sofisticadas mujeres que, rápidamente, se convirtieron en grandes íconos cinematográficos, como Ginger Rogers o Katharine Hepburn. Las primeras novelas de Puig –La traición de Rita Hayworth (1968) y Boquitas pintadas (1969)– dan cuenta no solo de la influencia de estos productos de la industria hollywoodense, sino también de su correspondiente traducción literaria y geográfica y de la utilización y perversión de géneros populares como el folletín y otros clásicos, como el policial o el melodrama. Puig, en su juventud, realiza dos viajes de iniciación: el primero, de General Villegas a Buenos Aires, donde estudiará en el colegio Ward de Ramos Mejía, impulsado por su madre, quién temía que la monocromía cultural e intelectual del pueblo asfixiara la creatividad de su hijo. En 1950, a los 18 años, Puig visita General Villegas por última vez y años más tarde decide partir a Italia para estudiar cine. Ambos viajes –de General Villegas a Buenos Aires, de Buenos Aires a Europa– son centrales en la construcción de un espacio de representación, un tono y una estética. Tanto La traición... como Boquitas pintadas buscan reproducir la vida pueblerina, las costumbres y manías de sus habitantes, sus sueños y su cosificación. General Villegas se convertirá, entonces, en Coronel Vallejos.

2 – Todo este largo párrafo para hablar, finalmente, de Impalpable, obra inspirada en entrevistas y relatos de Manuel Puig. De creación colectiva a cargo del grupo teatral Sambuseck, Impalpable presenta una matriz dramática impulsada por dos viajes. El primero y más importante –porque determina el drama y, aunque de manera indirecta, dispone las condiciones para el segundo– es el de Blanca (Maia Orihuela), quién parte a Buenos Aires para triunfar como actriz. El segundo viaje es el de Liliana (Elisa Bressan) que abandona Rojas para ocupar el lugar que Blanca ha dejado en la pastelería del pueblo vecino, junto a Estela (Malena Schnitzer, quién completa, como en las películas de Almodóvar, un elenco íntegramente femenino). Ambas historias, la de Liliana y su secreto –el cual se va revelando, de manera lateral, a medida que avanza la obra– y el salto a la fama que anhela Blanca desde la capital, recaen en Estela, personaje inmóvil que funciona como catalizador de la dinámica narrativa y como punto de vista privilegiado de la obra. De esta manera, ambos viajes de Manuel Puig quedan representados, con sus respectivas variantes, en el derrotero de Liliana y de Blanca, recreando así una suerte de Coronel Vallejos alternativo, sin nombre, donde nada crece y es imposible escapar. Como el storyteller de un pueblo perdido que no puede contar los descubrimientos fantásticos de una tierra distante (Buenos Aires, esa ciudad enorme que no puede conocerse en apenas dos días) sencillamente porque no se ha movido de su lugar, a través de Estela se narra la historia de una despedida, sus fluctuaciones, su dinámica esperanzadora y luego destructiva, el sueño del reencuentro y la perdida. Porque partir es, a fin de cuentas, dejar cosas atrás. Y lo que abandona Blanca a la hora de perseguir su sueño, es a Estela.

3 – Asentarse en la capital y triunfar como actriz es, por un lado, una variante de la búsqueda del propio Puig pero también su ficción cinematográfica dentro del imaginario femenino. Una y otra vez, los personajes de Impalpable se moverán por el territorio difuso de los sueños, la ficción y la realidad laboral. Aquí hay dos puntos interesantes: por un lado la propuesta metadiscursiva de la obra, donde Estela y Liliana son espectadoras y protagonistas de un juego ficcional. En este juego dialéctico, ficción y realidad se retroalimentan. El texto se encargará de generar tensión sobre este ítem, logrando así un plus que va más allá del devenir afectivo de cada una de los personajes. Por otro lado, Impalpable propone un universo sentimental que se apoya en ese otro universo espacial que es la pastelería, con sus moldes, huevos y compotas. Si el fuera de campo –en términos de la teoría cinematográfica– está representado por el pueblo, con su nada y su ausencia de expectativa, la pastelería será una locación exquisita e inagotable en sus vericuetos. Será también el espacio opuesto a la otra ficción del cine y, al mismo tiempo, el terreno donde todo se fusiona: un pastel de casamiento como símbolo del paso del tiempo, los sueños y los cruces imaginarios.

Impalpable posee muchísimos aciertos: desde la estructura narrativa, los préstamos del género melodramático, las maravillosas y certeras actuaciones, el humor de sus textos y su puesta en escena. A esto le suma una estética cinematográfica (tan Puig) donde la música entrelaza las distintas escenas, ya que el corte directo, a través de distintos recursos, se evita constantemente. Impalpable pone en juego dispositivos mínimos pero sumamente dinámicos y poderosos –zapatos que se convierten en teléfonos– y una historia afectiva que se desploma y otra que crece. Como un elefante que de pronto avanza en estampida, Impalpable es una obra que crece en volumen y, ante el menor descuido, pisa el corazón del espectador con una sensibilidad asombrosa.

Vera Vera Teatro | Vera 108 | Almagro | C.A.B.A. | Argentina
Tel: 4854-3655
Viernes a las 20:30 hs.

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El Bosque | Ariel Mlynarzewicz

por Los editores

Podría parecer un hecho deliberado: en el año del árbol, en un museo en los bosques de Palermo, Ariel Mlynarzewicz inaugura una exposición llamada El Bosque. Perno no lo es. El Bosque es una muestra que invita a internarse en otros bosques que los cuadros proponen: la elección estética del árbol como protagonista de las pinturas; la espesura del discurso pictórico y su representación en las cantidades de materias que le imprimen un sello (remedo de aquellas viejas marcas con navajas en las cortezas de los árboles) a la mayoría de los cuadros que la componen; el flujo de los colores como el de las estaciones que, a lo largo del año, van marcando sus transformaciones, que nos dan dimensión de un tiempo que transcurre en el transcurrir de la muestra.

Si bien los cuadros cargados de materia, de colores explosivos, de trazos vigorosos eran esperables en una muestra de este artista, en uno de los rincones está uno de los aciertos de la muestra: tres cuadros de colores tenues, formas lábiles, superficie plana, como la llanura. No contrastan; no realzan; no suponen sino un diálogo entre el artista, que expone sus profundidades; los cuadros, que son los que lo manifiestan; y el público que se deje guiar por los paisajes que (lo) ocultan y (lo) revelan. La obra que lleva el nombre de la muestra, o viceversa, es un jugado hexáptico; seis grandes paneles en los cuales Mlynarzewicz propone una lectura que le da otra dimensión al resto de la muestra: la transformación del paisaje. Pudene tener la forma de estaciones del año o de tiempos que transcurren; tanto de aquellos que el artista reconstruye y expone, como los que todos y cada uno de los que pasamos por allí también y tan bien conocemos; un lugar en el que externo/interno no es sino parte de un movimiento, en este caso vivificante.

Lugar | Av. Infanta Isabel 555, frente al Rosedal de Palermo | Palermo Obvio | C.A.B.A. | Argentina
Tel: 4774-9452 / 4772-5628
Martes a Viernes de 12:00 a 20:00 hs. Sábados, Domingos y feriados de 10:00 a 20:00 hs

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